Yolanda Cepeda más como demo vendedora de ron que promotora del turismo

01.03.2025 12:32

La Secretaría de Turismo de San Luis Potosí parece haber encontrado una peculiar forma de "promoción" para el estado. En lugar de impulsar su riqueza natural, cultural y gastronómica, su titular, Yolanda Eugenia Cepeda, ha decidido enfocar sus esfuerzos en algo muy distinto: la venta y promoción del ron de su jefe, el mandatario Ricardo Gallardo.

Lejos de atraer inversionistas, diseñar estrategias para aumentar la afluencia turística o posicionar al estado como un destino imperdible, Cepeda se ha convertido en la principal embajadora de los rones del mandatario. En su más reciente aparición en la Ciudad de México, no se le vio destacando las maravillas de la Huasteca Potosina ni promoviendo el Festival de Xantolo, sino ensalzando los caldos de caña del conocido ron. Una imagen que dista mucho de la labor que debería desempeñar.

El problema no es solo la descarada promoción de un negocio privado desde una dependencia pública, sino el evidente desvío de recursos. Mientras otras entidades federativas innovan en estrategias de atracción turística, en San Luis Potosí el presupuesto parece diluirse en brindis oficiales y catas que poco o nada benefician a los ciudadanos. ¿Con qué cara se puede justificar el uso del erario en la difusión de una marca particular cuando el estado sigue teniendo carencias en infraestructura turística y promoción real de sus destinos? ¿O será que Cepeda gana más como promotora del ron que con su sueldo de secretaria de turismo?

Lo más preocupante es que este tipo de prácticas dejan al descubierto una cultura política en la que la sumisión al líder es más valorada que el verdadero desempeño de un cargo. En la política potosina, al parecer, es más rentable halagar al jefe que cumplir con la responsabilidad pública para la que se ha sido designado.

Yolanda Cepeda debería recordar que su función es ser Secretaria de Turismo, no representante de ventas de Ricardo Gallardo. Sin embargo, con el panorama actual, parece que la prioridad seguirá siendo levantar la copa antes que levantar al turismo del estado. Y, como siempre, la factura la pagará la ciudadanía.