Una década de impunidad: el caso de Eduardo Córdova Bautista
Han transcurrido ya diez largos años y tres fiscales desde que, el 25 de junio de 2014, el Juzgado Tercero Penal libró una orden de aprehensión contra el exsacerdote Eduardo Córdova Bautista por los delitos de violación, abuso sexual calificado y privación ilegal de la libertad. Una década de impunidad.
Más de tres años atrás, en diciembre de 2021, José Luis Ruiz Contreras, entonces Fiscal de San Luis Potosí, aseguró que iría tras Eduardo Córdova. Incluso insinuó la posibilidad de tener indicios sobre su paradero; sin embargo, esa información permaneció confidencial. Promesas vacías, pretextos y justificaciones, pero cero resultados. Ruiz Contreras dejó el cargo, y Córdova sigue prófugo de la justicia.
Le sucedió Manuela García Cazares, pero el resultado fue el mismo: ninguna acción concreta para capturarlo.
No debemos olvidar que este exsacerdote tuvo fuertes vínculos con el poder público, empresarial y con la élite social de San Luis Potosí. En su momento, fungió como consejero ciudadano de Transparencia y Vigilancia para las Adquisiciones y Contratación de Obra Pública durante el gobierno del priísta Fernando Toranzo Fernández. “Fue muy cercano precisamente a Toranzo y a su esposa, la doctora María Luisa Ramos”.
Fiscales van y fiscales vienen, incluso la Interpol lo busca, pero Eduardo Córdova parece haberse desvanecido. Con el paso del tiempo, pareciera que su captura se vuelve un objetivo cada vez más distante, un caso que podría quedar enterrado en el olvido de la justicia mexicana.