Secretaria de Salud no puede concluir ejercicio 2023

21.11.2024 12:47

El sueño y la aspiración de contar con servicios de salud dignos, ya no digamos de primer mundo, parecen desvanecerse día con día, especialmente en San Luis Potosí. La situación no solo no mejora, sino que se agrava con el paso del tiempo, acumulando quejas, desfalcos, negligencias, falta de transparencia y, sobre todo, evidentes improvisaciones. Esta problemática no se limita a la actual titular de la Secretaría de Salud del Estado, sino que se ha gestado durante años bajo corruptas conductas solapadas desde los tiempos de la delincuente confesa Mónica Rangel y la red de corrupción del pasado sexenio.
 
A poco más de un mes de cerrar el año, la Secretaría de Salud del Estado sigue ocultando información que debería ser pública. Las respuestas a solicitudes de transparencia son evadidas mediante enlaces rotos, archivos vacíos y otros mecanismos que entorpecen la rendición de cuentas. Y ahora entendemos la razón: el ejercicio fiscal 2023 ni siquiera ha podido concluirse, mucho menos cerrarse con una comprobación adecuada.
¡Lo leyó bien! Estamos en noviembre de 2024 y el ejercicio 2023 aún está pendiente de cerrar.

 
Fuentes internas de los Servicios de Salud del Estado nos informan que los contratos relacionados con servicios esenciales como hemodiálisis, osteosíntesis y alimentación son tan deficientes como onerosos. Estas irregularidades no solo afectan a los pacientes, sino también a las arcas estatales y federales, generando millonarios costos que hacen pensar en su posible desvío hacia fines personales o incluso campañas políticas del pasado proceso electoral.
A esto se suman los servicios simulados de vigilancia y limpieza que, desde 2023, aparentan prestarse en diversas unidades médicas y oficinas administrativas del sector salud. Este esquema de simulación ha dificultado la transición de los Servicios Estatales de Salud al programa IMSS Bienestar en
la entidad. La razón es evidente: quienes deberían recibir las unidades médicas son los mismos que han fomentado estos contratos irregulares.
 
Entrega pendiente.
El doctor Daniel Acosta parece estar atado de manos, sin poder concretar la recepción y entrega de las unidades médicas con certidumbre, legalidad y transparencia. Esto se debe, en gran parte, a la herencia de irregularidades dejadas por la anterior titular de salud Ymuri Vaca y la actual Mariana Gómez. Tampoco ayuda el hecho de que su equipo directivo incluya a figuras como el doctor Juan Carlos Jiménez, exdirector de Planeación de los Servicios de Salud y ahora jefe de Atención a la Salud del IMSS Bienestar en San Luis Potosí. Cabe destacar que Jiménez está vinculado al grave caso de corrupción de Grupo Axioma Kusuri y fue presidente del club de básquetbol profesional “Santos de San Luis”, lo que plantea serios conflictos de interés.

 
¿Complicidad o negligencia?
Ante este panorama, cabe preguntarse: ¿Están al tanto de esta situación el recién nombrado director general del IMSS Bienestar, Alejandro Svarch, y el mandatario de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo? Si no lo saben, se trataría de una preocupante omisión que mantiene a la salud de los potosinos en condiciones deplorables. Y si lo saben, sería un acto de complicidad que perjudica gravemente a las y los ciudadanos de San Luis Potosí.
El futuro de los servicios de salud en la entidad depende de acciones urgentes y transparentes. Sin embargo, mientras sigan predominando la opacidad, la corrupción y el desinterés, los potosinos continuarán enfrentando un sistema de salud que, lejos de ser digno, parece destinado al colapso.