Pagan en Ahualulco por caseta de vigilancia sin terminar y abandonada

03.03.2025 11:30

La sombra de la corrupción sigue acechando a Ahualulco, San Luis Potosí. A tres años de su administración, el exalcalde José Ignacio Guerrero Mendoza continúa en el centro de la controversia por su opacidad en el manejo de los recursos públicos. Durante su gestión, evidenciamos como ocultó sistemáticamente el destino del presupuesto municipal, evadiendo su obligación legal de transparentar el gasto público. Hoy, las razones de ese hermetismo comienzan a salir a la luz.

Uno de los casos más alarmantes recientemente descubiertos involucra el pago de 264 mil 384 pesos por la supuesta remodelación de una caseta de vigilancia en la localidad de Barrancas. Sin embargo, lo que se reportó como una obra terminada y liquidada, en realidad no es más que un cuartucho en obra negra, completamente abandonado.

Lejos de mejorar la seguridad en la zona, como se había prometido, el proyecto quedó en el olvido, sin la presencia de elementos de vigilancia ni beneficios reales para la comunidad. Este hallazgo es solo una muestra de cómo los recursos destinados a mejorar las condiciones de los municipios terminan desviándose, dejando a los ciudadanos sin los servicios que merecen.

La corrupción es la razón por la que el dinero público nunca es suficiente: desaparece en maniobras fraudulentas y termina en los bolsillos de funcionarios sin escrúpulos. Es urgente que estos actos no queden impunes y que los responsables enfrenten las consecuencias de sus acciones.

Ante esta situación, surgen preguntas inevitables: ¿Dónde está el Instituto Superior de Fiscalización del Estado? ¿Por qué no realiza una auditoría seria y efectiva en lugar de servir como simple blanqueador de cuentas públicas? La sociedad exige justicia y una verdadera rendición de cuentas. Ya es hora de que las instituciones responsables de vigilar el correcto uso de los recursos públicos actúen con firmeza y transparencia.