La burocracia dorada del congreso de SLP
Mientras miles de ciudadanos trabajan jornadas interminables con sueldos insuficientes y prestaciones precarias, los burócratas del Congreso del Estado disfrutan de un paraíso de beneficios que desafía cualquier justificación moral. Con una generosidad digna de un círculo aristocrático, los legisladores y su aparato administrativo reciben aguinaldos de 70 a 75 días de salario, compensaciones mensuales, bonos de equilibrio, apoyo a servicios y un fondo de ahorro que no sólo es financiado por ellos, sino que el mismo Congreso duplica su aportación. ¿Es este el servicio público que debía velar por el interés ciudadano o una corporación privada financiada con el dinero de todos?
El escándalo de los privilegios no termina ahí. Los burócratas legislativos gozan de una "prima vacacional" que les regala el equivalente a 20 días de salario cada año, además de días adicionales de descanso según su antigüedad. Un trabajador común, que apenas si puede juntar unos días de descanso, debe soportar este insulto institucionalizado mientras ve cómo los servidores públicos disfrutan de sus privilegios con total descaro. Si a esto le sumamos compensaciones por "vida cara", "economía familiar" y "previsión social", pareciera que quienes trabajan en el Congreso habitan un país distinto al resto de la población.
La ironía es abrumadora: mientras millones de mexicanos pagan de su bolsillo el transporte diario al trabajo, los empleados del Congreso reciben una "prestación mensual" específica para cubrir esos gastos. Mientras muchas familias luchan para costear la canasta básica, en el Congreso se otorgan bonos de "despensa" como si sus salarios no fueran lo suficientemente elevados. Y mientras el ciudadano promedio debe ahorrar con sacrificio para la vivienda y el retiro, los burócratas tienen cuotas obligatorias cubiertas con dinero público para garantizarse una jubilación dorada.
Es hora de que la ciudadanía exija una reestructuración total de estos beneficios desproporcionados. No es posible que en un país donde millones sobreviven con el salario mínimo, los burócratas del Congreso sigan asegurándose una vida de lujos a expensas de los contribuyentes. El servicio público no debería ser sinónimo de enriquecimiento personal, y hasta que esto cambie, la indignación popular seguirá creciendo. Es momento de romper el silencio y exigir que el Congreso del Estado deje de ser un club de privilegiados financiado con el esfuerzo de todos.
Estas con las diversas prestaciones con las que cuenta el personal de base del congreso estatal:
-Prima vacacional
-Aguinaldo
-Bono de equilibrio
-Despensa
-Transporte
-Previsión social
-Vida cara
-Economía familiar
-Fondo de ahorro
-Apoyo a servicios
-Compensación mensual
Otras prestaciones:
-Cuotas para la vivienda
-Cuotas al fondo de ahorro para el retiro
-Cuotas al IMSS