Desesperación por salvar a Dylan

14.12.2024 14:27

Desesperación y negligencia: la lucha de una familia por salvar a Dylan, un niño con cáncer

La vida de Dylan Alejandro, un niño potosino de nueve años, dio un vuelco devastador tras ser diagnosticado con osteosarcoma telangiectásico, un tipo de cáncer óseo agresivo. A pesar de la urgencia de estudios médicos esenciales como una tomografía por emisión de positrones (PET) con anestesia y análisis de creatinina, los padres de Dylan enfrentan un laberinto burocrático y negligencias médicas y de tipo administrativo en el Instituto Mexicano del Seguro Social, que han retrasado gravemente su tratamiento. La angustia crece mientras la salud del niño se deteriora y el tiempo se convierte en su enemigo más implacable ante la grave irresponsabilidad de titular del instituto Angélica Cristina Rodríguez Nester, que lleva más de cuatro meses en el cargo.

Así mismo, la doctora Carmen López encargada de prestaciones médicas y el director de la unidad Israel Pineda también tienen gran culpa, quienes han retrasado el tratamiento del niño, con una actitud grosera y humillante a los padres.

 

Desde septiembre de 2024, Dylan ha ingresado repetidamente al Hospital General de Zona No. 1 del IMSS en San Luis Potosí, donde, según denuncian sus padres, las respuestas médicas han sido insuficientes. Inicialmente tratado con analgésicos como paracetamol, los médicos tardaron semanas en identificar la gravedad de su condición. Tras diagnósticos erróneos y un protocolo de atención fragmentado, finalmente se determinó que el cáncer no solo afecta el hueso, sino que también infiltra tejidos blandos y ulcera la piel. Sin embargo, el IMSS no cuenta con los recursos para realizar los estudios necesarios, obligando a la familia a buscar alternativas costosas en el ámbito privado.
 

El viacrucis de Dylan ha incluido traslados infructuosos a Monterrey, pérdida de citas críticas, y procedimientos básicos realizados de manera deficiente. La inacción de algunos especialistas contrasta con el esfuerzo de algunos médicos, quienes abogan por iniciar quimioterapia de inmediato y programar una cirugía de amputación para salvar su vida. Sin embargo, estos pasos dependen de estudios que el deficiente e irresponsable IMSS no ha proporcionado. 

Mientras tanto, los padres enfrentan la desgarradora posibilidad de perder a su hijo ante la falta de atención adecuada.
 

Este caso pone en evidencia las grietas de un sistema de salud que, lejos de proteger a sus pacientes más vulnerables, los condena al abandono. La familia de Dylan pide no solo ayuda para acceder a los estudios urgentes que necesita, sino también justicia ante la indiferencia que ha marcado su camino.