De Calígula a Gallardo: “El padrino del autoritarismo en San Luis Potosí"

26.07.2024 15:43

De Calígula a Gallardo: El padrino del autoritarismo en San Luis Potosí"

San Luis Potosí se enfrenta hoy a una situación que, inevitablemente nos recuerda a los tiempos más oscuros del Imperio Romano. Al igual que el tan cuestionado emperador Calígula, nuestro actual mandatario, Ricardo Gallardo Cardona, parece haber adoptado el papel de un déspota moderno, imponiendo su voluntad a través de la fuerza, la megalomanía y la egolatría desmedida.
 

Megalomanía y egolatría sin límites.
Calígula, conocido por sus extravagancias y delirios de grandeza, llegó a autoproclamarse dios y colocar enormes estatuas en toda Roma en su honor. Hoy, Ricardo Gallardo Cardona, quien se autodenomina "El Padrino", no se queda atrás, paga encuestas y pone a emisarios a colocar espectaculares publicando que es el mejor del país.

 

Usando recursos públicos para eventos ostentosos y construyendo una imagen de salvador, parece más interesado en su figura personal que en el bienestar de los potosinos. Los eventos faraónicos y la manipulación de la opinión pública son su carta de presentación, recordándonos a cada paso que, para él, el poder es una cuestión de imagen y espectáculo.


Calígula planeó nombrar cónsul a su caballo, Incitatus, Gallardo con su megalomanía para instalar puentes colgantes innecesarios, realiza con dinero público eventos para satisfacer su afición a la charrería y ya malgastó más de 500 millones para construir a capricho la Arena Potosí.
 

Imposición y control autoritario.
La historia nos dice que Calígula no toleraba la disidencia, ejecutando a sus adversarios y tomando decisiones sin consulta. Gallardo Cardona sigue el mismo camino, utilizando su fuerza para imponer políticas sin el más mínimo intento de consenso. Las redes sociales y medios críticos arden con acusaciones de abuso de poder, de decisiones caprichosas y de una gestión que parece más un reinado feudal que una administración democrática.

 

Incontrolabilidad y despotismo.
El comportamiento errático de Calígula se refleja hoy en la percepción pública de un Gallardo incontrolable, un "Padrino" que maneja el estado con puño de hierro. Las políticas cambiantes, la falta de transparencia y el autoritarismo son el sello de su gobierno. En su egocentrismo desmedido, Gallardo ha convertido a San Luis Potosí en su feudo personal, donde la ley es su palabra y la oposición es aplastada sin miramientos.

 

El Padrino y su caballo
Como si de una mala broma se tratara, Gallardo ha adoptado el rol de "El Padrino", un título que no solo denota su ansia de poder, sino también su desprecio por las instituciones democráticas y la voluntad popular. Al igual que Calígula con Incitatus, Gallardo rodea su figura de lealtades cuestionables y favoritismos descarados, dejando a la ciudadanía en un segundo plano mientras él y su círculo cercano disfrutan de los beneficios del poder absoluto.

 

San Luis Potosí no necesita emperadores ni padrinos. Necesita líderes comprometidos con la democracia, con la transparencia y con el verdadero bienestar de su gente. Que respeten la libertad de expresión, el periodismo libre, la libre manifestación y a quien piense diferente.
La comparación con Calígula no es solo una crítica mordaz, es un llamado a la reflexión y a la acción. 

No permitamos que el legado de un "Padrino" autoritario destruya los valores democráticos que tanto nos ha costado construir a San Luis Potosí.