Congreso de SLP entre los dieciocho más caros del país
San Luis Potosí: entre los dieciocho congresos más caros del país.
San Luis Potosí se ubica en el lugar número 18 a nivel nacional en cuanto al costo por diputado, según datos del Censo Nacional de Poderes Legislativos Estatales 2022 que publicó el INEGI.
A pesar de que el diputado morenista Cuauhtli Badillo Moreno que presidente de la Directiva del Congreso, aseguro que son una de las legislaturas más austeras a nivel nacional, los números cuentan una historia muy diferente. Con un presupuesto de 318.7 millones de pesos y 27 diputados en funciones, cada legislador potosino cuesta en promedio 11.80 millones de pesos al año, una cifra que deja en evidencia su supuesta austeridad.
El análisis comparativo de otros congresos estatales muestra que San Luis Potosí tiene más diputados que entidades como Quintana Roo (25), Querétaro (25), Durango (25) y Tlaxcala (25), todas con un menor número de legisladores pero con costos más contenidos. Este dato es alarmante si se considera que estados con mayor actividad económica y población, como Querétaro, logran operar con menos diputados y menores costos. La ineficiencia del gasto legislativo en SLP es evidente cuando se comparan los resultados con entidades mejor administradas.
El costo por diputado en San Luis Potosí se encuentra en un rango que debería generar indignación entre la ciudadanía. Mientras que congresos como el de Campeche, Tabasco y Chiapas operan con costos de menos de 8 millones de pesos por diputado, los legisladores potosinos siguen disfrutando de privilegios que contrastan con los discursos políticos de recorte y eficiencia en el gasto. La contradicción entre el discurso y la realidad financiera del Congreso de San Luis Potosí deja en evidencia el cinismo con el que operan muchos de sus integrantes y dos claros ejemplos son Cuauhtli Badillo de Morena y Héctor Serrano del Partido Verde.
La justificación de tener una legislatura numerosa y costosa pierde peso cuando se observa el desempeño de estos diputados. ¿Realmente justifican su gasto con leyes que beneficien a la ciudadanía o solo representan una carga para el erario? San Luis Potosí no es un estado con una economía robusta como para permitirse una legislatura que gasta sin control. Es claro que el presupuesto del Congreso podría ser mejor administrado, reduciendo costos innecesarios y enfocándose en políticas de verdadera austeridad.
Legislatura tras legislatura, los diputados prometen acabar con el derroche y el abuso del dinero público. Sin embargo, en la práctica, quienes llegan al Congreso terminan siendo más voraces y cínicos que sus antecesores. En lugar de ser representantes del pueblo, parecen burócratas de élite aferrados a sus privilegios. Mientras el discurso de la austeridad sigue siendo una fachada para engañar a los ciudadanos, los costos legislativos de San Luis Potosí reflejan una realidad completamente opuesta. La pregunta que queda en el aire es: ¿Cuándo se detendrá el derroche y el abuso de los recursos públicos?