Con graves cuestionamientos reeligen a Rosario Piedra en la CNDH
Fiel seguidora de la llamada "cuarta transformación" y cercana al ex mandatario López Obrador, Rosario Piedra fue reelecta en la Comisión Nacional de los Derechos, a pesar de ser la peor calificada de los finalistas y tener a la comisión sumida en una grave etapa de despretigio y falta de credibilidad por estar abiertamente del lado del gobierno y encubriendo al éjercito.
Durante su primer mandato, la gestión de Piedra fue ampliamente criticada por no estar a la altura de los retos que enfrenta México en derechos humanos. Organizaciones como el Centro Prodh señalaron que su liderazgo debilitó a la CNDH, alejándola de las víctimas y de los estándares internacionales. Incluso el Comité Eureka, fundado por la propia madre de Piedra, Rosario Ibarra, expresó su descontento, acusándola de ignorar a colectivos que luchan contra crímenes como la desaparición forzada.
Por eso se le critica que, en temas clave como la violencia de género, la militarización de la seguridad y los abusos de poder, la CNDH ha sido demasiado pasiva. Esto es preocupante en un país con problemas graves de violaciones a los derechos humanos. Sin una CNDH fuerte e independiente, las víctimas pierden una herramienta crucial para exigir justicia y reparación.
La reelección de Piedra envía un mensaje desalentador: los intereses políticos parecen estar por encima de las necesidades de las víctimas. En lugar de priorizar la protección de los derechos humanos, esta decisión muestra una peligrosa indiferencia hacia el debilitamiento de una institución que debería ser un contrapeso frente al poder. Nos queda muy claro, que la CNDH se ha convertido en un organismo titere del gobierno.