Arena Potosí: un monumento al ego, al derroche y la corrupción.
Arena Potosí: un monumento al ego, al derroche y la corrupción.
El mandatario estatal de San Luis Potosí Ricardo Gallardo Cardona enfrenta una polémica con la construcción de la Arena Potosí, un proyecto que inicialmente costaría 290 millones de pesos, pero cuyos costos ya se han disparado a 500 millones, y continúan en ascenso. Este gasto desmesurado ha generado fuertes críticas, especialmente en un contexto donde la inseguridad y la falta de agua potable son problemas críticos, además de considerarse un capricho cuando existen otras prioridades mucho más importantes.
La Arena Potosí se promueve como un motor económico que generará empleos y atraerá turismo, pero en una región donde la inseguridad es rampante, esta inversión parece desconectada de las necesidades reales de la población. Recursos que podrían mejorar la infraestructura de seguridad están siendo desviados a un proyecto que no garantiza beneficios claros.
Miles de potosinos carecen de acceso regular a agua potable. Destinar 500 millones de pesos a una arena mientras comunidades enteras carecen de un suministro básico y seguro de agua es insensible. La salud y el bienestar de la población deben ser la prioridad, no proyectos basados en el capricho
personal.
La promesa de que la Arena Potosí será autofinanciable parece ilusoria, y si no se cumple, el gobierno enfrentará mayores deudas y recortes en sectores críticos como seguridad, agua y salud. Con cada retraso en la construcción, los costos continúan aumentando, haciendo que el proyecto sea aún más caro para los contribuyentes.
La falta de claridad en la gestión del proyecto, junto con las constantes posposiciones de la inauguración, socavan la confianza pública. Los sobrecostos, que han pasado de 290 a 500 millones de pesos, sugieren mala gestión y posible corrupción. Cada retraso no solo incrementa el costo sino también la frustración y desconfianza entre los ciudadanos.
En resumen, la Arena Potosí no debe eclipsar las necesidades urgentes de San Luis Potosí. El gobierno de San Luis Potosí debe priorizar la seguridad, el agua potable y la salud de sus ciudadanos. La justicia social y el bienestar colectivo deben guiar las decisiones de inversión pública, no proyectos monumentales que no abordan las verdaderas crisis de la población.
La Arena Potosí, en su estado actual, es un símbolo de las prioridades extraviadas y la mala administración que deben ser corregidas para asegurar un futuro mejor para San Luis Potosí.